¿Quienes son las personas que a nombre de todos los ciudadanos toman decisiones, o dejan de tomarlas, incidiendo en el curso del desarrollo de una comunidad, grupo social, ciudad o región?
¿Saben la mayoría de ciudadanos que aunque no les guste la política y no se quieran meter con ella, la política si se mete con ellos, desde el primer tinto de la mañana? Que la política nos afecta a todos y que la responsabilidad por tener buenos o malos políticos es de cada uno de nosotros, cuando DECIDIMOS no Votar o hacerlo a cambio de un favor personal o, lo que es peor, por hacerle el favor a un tercero? Acaso la naturaleza nos dotó de inteligencia y entendimiento para que la desechemos en un momento crucial de nuestras vidas –como es la acción de votar- donde se pone a prueba el libre albedrío y en cambio nos dejemos llevar por el instinto?
De otro lado, ¿Saben los servidores públicos para qué fueron elegidos? Acaso ¿creen que se les ha escogido para asistir a cócteles o recibir homenajes y adulaciones? Acaso creen que su labor esta circunscrita a conseguir unos cupos, subsidios, bonos o recomendaciones para los pocos ‘lideres’ que en campaña les recogieron votos al son de rancheras, vallenatos y lechonas?
Si los políticos quieren que la gente hable bien de ellos deben hacer visible su trabajo y para eso no hay excusa en el mundo de hoy donde el desarrollo tecnológico va mas allá de una emisora radial, un canal de televisión o una página de periódico impreso, permitiéndonos expresar ideas o exponer imágenes en una amplia red de contactos, amigos y miles de ciudadanos con capacidad de habla – escucha y discernimiento.
Si a las personas les fastidian los políticos deberían informarse de lo que hacen, cómo lo hacen, dónde lo hacen y para quién lo hacen. Antes de emitir juicios deberíamos preguntarnos ¿Cuál es el grado de responsabilidad que me cabe en lo que está pasando? ¿Cómo he contribuido a crear esta situación?
La política requiere de ciudadanos que se enamoren de la acción política para que seamos exigentes con quienes resultan elegidos, dialoguemos con ellos, pidamos cuentas y concertemos agendas para el Desarrollo.
Los ciudadanos necesitamos políticos enamorados de su ciudad o región, con un gran sentido del bienestar general y con un alto grado de responsabilidad social.
Al cumplir la Constitución Política 18 años y –simbólicamente- llegar a su mayoría de edad, los ciudadanos, y en especial las nuevas generaciones, no podemos ser inferiores al reto que nos plantea la democracia participativa y el Estado Social de Derecho, pues de la manera como lo afrontemos, estaremos REPRESENTADOS en los escenarios donde se deciden los asuntos de interés general.
¿Saben la mayoría de ciudadanos que aunque no les guste la política y no se quieran meter con ella, la política si se mete con ellos, desde el primer tinto de la mañana? Que la política nos afecta a todos y que la responsabilidad por tener buenos o malos políticos es de cada uno de nosotros, cuando DECIDIMOS no Votar o hacerlo a cambio de un favor personal o, lo que es peor, por hacerle el favor a un tercero? Acaso la naturaleza nos dotó de inteligencia y entendimiento para que la desechemos en un momento crucial de nuestras vidas –como es la acción de votar- donde se pone a prueba el libre albedrío y en cambio nos dejemos llevar por el instinto?
De otro lado, ¿Saben los servidores públicos para qué fueron elegidos? Acaso ¿creen que se les ha escogido para asistir a cócteles o recibir homenajes y adulaciones? Acaso creen que su labor esta circunscrita a conseguir unos cupos, subsidios, bonos o recomendaciones para los pocos ‘lideres’ que en campaña les recogieron votos al son de rancheras, vallenatos y lechonas?
Si los políticos quieren que la gente hable bien de ellos deben hacer visible su trabajo y para eso no hay excusa en el mundo de hoy donde el desarrollo tecnológico va mas allá de una emisora radial, un canal de televisión o una página de periódico impreso, permitiéndonos expresar ideas o exponer imágenes en una amplia red de contactos, amigos y miles de ciudadanos con capacidad de habla – escucha y discernimiento.
Si a las personas les fastidian los políticos deberían informarse de lo que hacen, cómo lo hacen, dónde lo hacen y para quién lo hacen. Antes de emitir juicios deberíamos preguntarnos ¿Cuál es el grado de responsabilidad que me cabe en lo que está pasando? ¿Cómo he contribuido a crear esta situación?
La política requiere de ciudadanos que se enamoren de la acción política para que seamos exigentes con quienes resultan elegidos, dialoguemos con ellos, pidamos cuentas y concertemos agendas para el Desarrollo.
Los ciudadanos necesitamos políticos enamorados de su ciudad o región, con un gran sentido del bienestar general y con un alto grado de responsabilidad social.
Al cumplir la Constitución Política 18 años y –simbólicamente- llegar a su mayoría de edad, los ciudadanos, y en especial las nuevas generaciones, no podemos ser inferiores al reto que nos plantea la democracia participativa y el Estado Social de Derecho, pues de la manera como lo afrontemos, estaremos REPRESENTADOS en los escenarios donde se deciden los asuntos de interés general.
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